14 agosto 2015

No hay mal que por bien no venga

Desde aquí, quiero agradecer al amor de mi vida, el maravilloso y doloroso regalo que me hizo el dia 1 de agosto de 2015 a las 16:30.
Además de separarse de mi, el resultado ultimo a sido abrirme los ojos.
Hasta ahora pensé que nuestros problemas se podrían solucionar en agosto, pasando mas tiempo juntos y disfrutando de nuestra mutua compañía.
Ahora estoy seguro que no hubiera sido así. Yo hubiera seguido encerrado en mi mismo. Oculto tras un traje de insensibilidad.
Llevo varios días hablando con amigos, llorando con ellos y sacándolo todo de dentro. Me siento mejor. Me siento libre.

Con esto no quiero decir que no tenga una profunda pena en mi corazón ni que renuncie al amor de mi vida. JAMAS.
La diferencia es que escribo esto llorando de pena, pero con una sonrisa en la cara.

Ayer pase la tarde en la playa, viendo el mar, escuchando el rumor de las olas y pensando, deseando que ojala estuvieras conmigo Ainhoa. Que vieras que "el otro tipo", el que te daba tanto miedo, empieza a desaparecer. Que estuvieras orgullosa de mi.

Ojala me perdones pronto, por que necesito tu amistad junto a mi, que me ayudes en esta transición y que estés conmigo en los momentos en los que afronte mis miedos. Tengo un miedo atroz a los tratamientos médicos que me hacen. Ver como se me sale la vida junto a mi me daba mucho pánico y me hubiera gustado que estuvieras conmigo, dándome la mano. Dándome valor.

No pienso renunciar a ti. Tu estuviste varios meses tras de mi, con una deliciosa sonrisa en la cara y encuanto me dejes, será mi turno de pelear por ti. Todo lo demás me da igual. Pero esta vez lo hare desde la libertad de decirte que te amo sobre todas las cosas, de tratar de estar el máximo contigo, de hacerme mejor persona a cada paso que de junto a ti.

Te amo, por que te siento parte de mi.

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